Una consultora mide mes a mes cómo ve la gente la relación. Además, qué opinan de la reforma judicial.
Por Eduardo Paladini para Clarín.
De algún modo, el concepto lo instaló uno de los principales apuntados, la Corte Suprema de la Nación. Clarín contó días atrás que en el Máximo Tribunal creen que toda la avanzada judicial del kirchnerismo, incluida una ampliación de ese cuerpo, esconde un objetivo concreto: que Cristina Kirchner zafe de su complicado frente por causas de corrupción. Esa misma idea surge en una nueva encuesta nacional, conocida horas después de que se anunció el proyecto.
El estudio, al que accedió este diario en exclusiva, es de RDT Consultores, pionera en mediciones en redes. Se trata de un relevamiento nacional de 2.155 casos, encuestados digitalmente entre lunes y miércoles de esta semana, con un margen de error de +/- 3,8%.
La firma preguntó: «Algunos consideran que la Reforma Judicial que quiere hacer el Gobierno de Alberto Fernández, es para ‘mejorar la calidad de la Justicia’, otros creen que es para ‘salvar a Cristina Kirchner de sus causas por corrupción’. ¿Cuál es tu opinión?». Ganó la segunda variante, con el 47,2%, contra 35,5% de la primera. Completó un 17,3% de «no sabe».
Martha Reale, directora de la consultora, profundiza con un dato. Dentro de los que creen que la reforma es para ayudar a la vicepresidenta «hay un 15% del electorado del Frente de Todos». Es decir, de algún modo, es una idea que rompe la grieta. O al menos muestra una fisura.
La analista revela otro cambio de tendencia fuerte en la relación Alberto-Cristina. La firma viene preguntando desde mayo «¿quién cree que tiene más poder?». Y los números de la ex mandataria crecen: «La imagen empoderada del Presidente ostentada al comienzo de la cuarentena, se ha ido diluyendo en la misma medida que fue creciendo la percepción de influencia de Cristina Kirchner, en las decisiones de gobierno. Hoy, el 52% de los argentinos sostiene que la vicepresidente tiene más o igual poder que Alberto Fernández –30,2% cree que tiene más y 21,7% el mismo nivel de injerencia que el Presidente–, contra un 42,2% que opina que sólo Alberto Fernández alberga la suma del poder. A comienzos de junio, dicha representación alcanzaba al 57% de los encuestados».
También en el sondeo de RDT se confirma la caída de la imagen del Presidente y la gestión. «La aprobación a la gestión de Alberto Fernández cayó casi 15 puntos en los últimos 45 días. En la actualidad es del 60%, contra 74,9% registrado a comienzos de junio. De los datos del estudio se desprende que el malhumor generado por la extensión de la cuarentena y sus derivaciones, sumado a iniciativas tales como una reforma judicial –percibida como un traje a medida para resolver los problemas judiciales de la ex presidenta–, han ido socavando los niveles récord de adhesión que supo alcanzar el Presidente, producto de sus primeras decisiones en torno a la pandemia», detalla Reale.
Qué dicen otros estudios
Una de las consultoras cercanas al kircherismo también evaluó recientemente el impacto de una eventual reforma judicial. Se trata de Analogías, la firma que trabajó oficialmente para la campaña de Cristina en 2017 y que hoy mide (entre otros) para el oficialismo bonaerense.
En su caso, con 2.902 encuestados en todo el país, hizo una pregunta más global: «¿Cree usted que es necesaria una reforma del Poder Judicial para mejorar el servicio de Justicia?». El 77,3% opinó que sí, entre «mucho» y «bastante».
Quienes se oponen a los cambios que propone el kirchnerismo, advierten sobre un punto: la reforma actual apunta a los juzgados federales vinculados con temas de corrupción, básicamente, y no al servicio de justicia en general, como puede reclamar el común de los ciudadanos.
El desprestigio de la Justicia, de todos modos, es indudable y viene creciendo en los últimos años. Incluso supera en diversos estudios a los otros poderes del Estado. La Universidad de San Andrés hace un relevamiento mensual donde los pasa por el filtro de la opinión pública. En el último trabajo .1.010 casos en julio-, la Corte Suprema quedó en el fondo de la tabla: un 53% se manifestó «muy insatisfecho» con su desempeño y un 24% «insatisfecho».
La duda, nuevamente, es si los cambios que propicia el oficialismo servirán para torcer esta tendencia o más bien para profundizarla.
